La Graciosa quedó atrás
hace ya tiempo, o al menos a mi me resulta ya muy lejano. Desde
entonces, y hasta que arribamos aquí, a Las Palmas de Gran Canaria,
hemos conocido lugares y tenido encuentros de lo más variopintos,
como un tiburón enorme que estuvo rondando el barco durante un buen
rato pocas millas después de zarpar de La Graciosa, el peculiar
desembarco que protagonizamos unas horas más tarde en Punta Mujeres,
a nado, y la acogida que recibimos nada más pisar tierra por una
maravillosa pareja que nos invitó en su casa a unos vinos y unos
aperitivos estando nosotros aún chorreando, el agobio de Arrecife
por los miles de guiris que desembarcaban, como zombis, de los dos
transatlánticos que arribaban a su puerto a diario, la conversación
en su barbería con un viejo y bien pensante barbero, lo absurdo,
urbanísticamente hablando, de Puerto del Rosario, en Fuerteventura,
el bonito pueblo pesquero de La Playita, lo transitado de una
corriente frente a Costa Calma por bonitos, tortugas y delfines, la
horrible noche que pasamos fondeados en Punta Jandía, siguiendo el
consejo del derrotero número cuatro de nuestro queridísimo
instituto hidrográfico, el comienzo de la construcción de nuestra
nueva embarcación auxiliar en Morro Jable, la llegada a las Palmas y
la indescriptible sensación que sentí al darme una ducha de agua
caliente, la primera para mi desde hacía tres meses, el encuentro
con los participantes de la ARC y la decepción que nos produjeron,
puesto que eran de todo menos marinos y el haber encontrado una buena
galería en la que desde el día 30 de noviembre y hasta mediados de
enero se podrán ver y adquirir obras mías en la exposición
colectiva de pequeño formato que se ha iniciado. Por si alguno está
interesado, os informo de su situación y contacto:
Galería Cuadro.
C/ León y Castillo, 9.
35003 Las Palmas de Gran
Canaria